martes, 18 de octubre de 2011

Sueños, sueños y sueños...

Conozco una persona que tiene un sueño, pero no lo sabe.
Además de ser un ser persona, tiene muchas cosas en común con el resto de las personas a las cuales se las llama soñadoras, a los verdaderos soñadores no les importa que los demás se rían de sus sueños. ¿Por qué?
Supongo que su sueño debe ser más fuerte que las risas y las burlas, debe ser más fuerte que el resto de su vida, debe ser la misión de su vida.
Pero…… ¿Cómo puede vivir, andando por ahí, siguiendo un sueño, siguiendo una razón de ser si no sabe cuál es?
Solo anda, sin saber cuál es su destino, solo mira.
Su sueño es algo, en algún lugar, o donde sea, que le de razón y motive su existencia.
Estamos aquí leyendo este texto porque creemos en algo, creemos que ello puede hacernos sentir mejor, que pueden mejorar un poco nuestras vidas, o hacernos encontrar a alguien que piense lo mismo.
Perseguir un sueño, lo hacemos porque pensamos lo mismo que esa pequeña y gran persona soñador. Y nos interesamos en los demás para que les guste. Y cuando aceptamos esto, sus risas y actos nos matan, uno por uno, todos nuestros sueños.
Pudo haber elegido un sueño difícil de alcanzar, pudo haber elegido el sueño de no estar sola, de no sentirse sola... Y esto me hace pensar… ¿quien elije a quien? ¿nosotros elegimos nuestros sueños? o ¿los sueños nos elijen a nosotros? ¿son nuestros los sueños?
No se, si alguien se pregunta ¿Por qué un sueño es tan difícil de lograr? Pero la misma palabra lo dice, difícil, no imposible, todo esta al alcance de la mano, y lo que no…. Esta a un paso

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